sábado, 5 de abril de 2014

El Imperio Romano



Como ya hemos visto, fue Rómulo el primer rey de Roma. Tras él, seis reyes más gobernaron Roma durante 250 años. El reinado fue muy positivo para el desarrollo de Roma, sin embargo, su último rey, Tarquino, dejó un recuerdo muy odioso de la monarquía, la cual nunca más volvería a Roma. De esta forma se da paso a la Roma Republicana en el 509 a.C.



Los primeros años de la República romana fueron años de gran tensión entre patricios y plebeyos, cuyos enfrentamientos hicieron llegar a los primeros acuerdos que llevaron la paz interna a Roma, dejando a la República lista para mirar a su alrededor.

El Senado Romano durante la República.
Desde el comienzo de la República, Roma dominaba sobre el resto de ciudades latinas. Esto llevó a crear tensión entre ambas desencadenando las conocidas como guerras latinas, que tuvieron lugar durante 150 años. Finalmente, en el año 338 a.C. se pone fin a esta guerra con la victoria de Roma.
Tras conseguir el dominio de Lacio (una parte de Italia), Roma tuvo que afrontar durante 50 años, otros enfrentamiento con pueblos itálicos, conocidas como las guerras samnitas. Aunque con alguna victoria parcial, los samnitas finalmente fueron derrotados en 290 a.C., permitiendo que Roma se expandiera por el Sur. Con ello, Roma conseguía el control de toda la península itálica.

En el año 264 a.C., tras un conflicto en Sicilia, daba comienzo la primera de las Guerras Púnicas, tres terribles enfrentamientos entre Roma y Cartago, la cual había sido la cuidad más poderosa del 
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Mediterráneo, que decidirían el destino de Occidente. Estas batallas tienen lugar desde el 264 a.C. hasta el 146 a.C. y son las que determinaron el destino de Occidente. En ellas se libraron numerosas batallas de las que finalmente Roma salí victoriosa convirtiéndose en la dueña absoluta del Mediterráneo. Cartago por su parte, quedó totalmente destruida permitiendo que Roma se adentrara en una época de grandes conquistas. Destacamos en estas batallas el papel de Publio Cornelio Escipión, al mando del ejército romano, y a Aníbal, al frente del ejército cartaginés.


Después de las Guerras Púnicas, aún quedaban grandes reyes que se atrevieron a hacer frente al poderío de Roma, en Grecia, en Turquía y en Siria, pero fueron barridos por la incontenible marea de sus legiones.

Julio Cesar es asesinado por un grupo de Senadores.

A medida que Roma iba creciendo, fueron apareciendo otros problemas. Uno de ellos, fue el conflicto de los Gracos, dos hermanos que reclamaban una reforma agraria y que fueron asesinados. Esto desencadenó en el siglo I a.C. en una serie de Guerras Civiles. Al final de este periodo convulso, destaca la figura de Julio César, que consiguió concentrar en su mano todos los poderes políticos de forma indefinida. Pero Roma, fiel a su tradición republicana, acabo con el asesinato de Julio Cesar por un grupo de senadores en el año 44 a.C.

Con la muerte de Julio César, este deja como heredero a Cayo Octavio (conocido después como Augusto). Octavio gobernó Roma ofreciendo paz y orden a cambio del dominio del Estado. La fecha para el comienzo del Imperio se fija en el año 27, momento en el que el Senado le concede el Título a Augusto, que lo elevaba por encima de los hombres. Respetando el odio romano a la monarquía, Augusto supo combinar con inteligencia tradición y renovación al crear el Imperio, una nueva forma de gobierno en la que el emperador no sería un rey, ni un tirano, sino el primero de los senadores, destinado a velar por el bienestar de todos.
Tras Augusto, muchos fueron los sucesores, sin embargo, la llegada de Trajano en el año 98 d.C. inauguró la era más gloriosa del Imperio. Tras tres grandes emperadores como Trajano, Adriano y Antonino Pio,  surgen los primeros signos preocupantes, ya que con Marco Aurelio, aparecen los bárbaros, ansiosos por alcanzar las riquezas de Roma. Esto hizo que el Imperio comenzara a contraerse.

Tras años de numerosos problemas y reformas, el imperio se iba debilitando cada vez más. En el año 395 d.C. Teodosio, reparte el Imperio a sus dos hijos, entre Oriente y Occidente.

Los dominios occidentales de Roma quedaron reducidos a Italia y una estrecha franja sur de la Galia. En el 402, los godos invaden Italia, y en el 410 Roma es saqueada. Finalmente, en el año 475 llegó al trono Rómulo Augustulo, que solo un año después sería depuesto por el general bárbaro Odoacro.
La evolución del Imperio Romano.
Así, casi sin hacer ruido, cayó el Imperio Romano de Occidente, devorado por los bárbaros. El de Oriente sobreviviría durante mil años más, hasta que los turcos, el año 1453, derrocaron al último emperador bizantino. Con él terminaba el bimilenario dominio de los descendientes de Rómulo.

A continuación, se recogen imágenes que nos permiten poner cara a las figuras más relevantes de la historia de la Antigua Roma.

 

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